Amigos Papá Oso está de vuelta y
en esta ocasión quiero platicarles sobre el control de carácter en los niños
pequeños, nosotros en nuestro caso de un año y medio o “toddlers” como los
llaman los gringos, que en efecto es un reto no solo al intelecto de los padres
sino también a su paciencia.
Mi hijo es un niño de carácter
fuerte, lo vimos desde muy muy pequeño, ideas fijas, sin cuestionar sabe lo que
quiere y se queja cuando no lo consigue, esto al principio no representaba
mayor problema porque era un bebé de brazos, que apenas empezaba a descubrir
sus gustos y solo requería de cuidados básicos, pero ahora a su año y medio
sabe y prefiere algunas otras cosas más allá de los básico que es comer, beber
o limpiarse, ahora hay preferencia por ciertos objetos, ciertos lugares y
ciertas acciones, lo cual nos pone en posiciones difíciles ya que muchos de los
objetos que quiere son peligrosos para él o el buscar mover algunas cosas como
las perillas de una estufa no está en discusión su acceso a ello.
Todo esto, más el problema de que
aún no tiene un lenguaje muy amplio y solo sabe y pronuncia algunas palabras
claras, hace más difícil la comprensión y si a esto le sumamos todavía que es
un niño muy activo, tenemos una bomba en las manos. Ya en una ocasión nos
platicaron en la guardería que se había peleado con otro niño, lo que resultó
ser una andanada de palmadas hacia otro niño más pequeño lo cual verdaderamente
nos preocupó pues hay que evitar ese tipo de conductas que ya habíamos notado
hacia nosotros o al pobre perro.
Buscando información.
Como lo solemos hacer, buscamos
información en la red, preguntamos y recibimos diferentes opiniones, lo cual es
de pronto abrumante porque nadie tiene la verdad absoluta ni tiene todo el
conocimiento para darte una respuesta muy concreta, así que como ya lo he
mencionado en estos predicamentos, hicimos lo que nos sirve a nosotros, todos
los niños son diferentes así que vamos a experimentar con distintos métodos
para ver que resulta o que nos funciona.
Lo que mi esposa y yo quedamos de
acuerdo en aplicar es cambiar la acción de golpear por otra cosa, abrazos o
besos, ya que según leímos y se nos hace lógico, es que el niño no hace eso por
buscar lastimar a la otra persona, lo hace porque no sabe cómo encaminar sus
acciones como emoción, frustración etc. Por ello se recomienda detener la
acción como tal y sugerirle cambiarla, esto armados de paciencia, ya que un
niño de carácter fuerte no cederá a la primera y en ocasiones no nos dejará
mucho espacio de acción.
A partir de ahora lo que nos
parecía chistoso como una palmada en la panza o en la cara de su parte lo
estaremos cambiando por abrazos y explicándole que nos duele y que preferimos
los cariños. Paralelo a esto hay que darle más actividad al aire libre y juegos
fuera de espacios cerrados ya que necesita consumir su energía.
Como ya les he comentado, tenemos
un perro bóxer, quien tiene el mismo detalle de quemar energía, son animalitos
muy activos y requieren de actividad al aire libre, esto en mi caso me brinca
una oportunidad de fusionar dos cosas que amo: pasar tiempo con mi hijo y salir
a caminar con mi mascota. Aunque ya hemos hecho esto y al niño parece gustarle
ahora tendré que hacerlos interactuar más para que ambos quemen energía y
mantengan controlado su carácter, aparte cabe señalar que para nosotros papás
es ejercicio físico y mental.
Tener un hijo/a con un carácter
fuerte es la oportunidad de criar una persona triunfadora y exitosa, ese carácter
los hace más persistentes y curiosos, nuestro trabajo es alimentar esa
curiosidad con información clara y fortalecer ese carácter con actitudes
positivas, gritarles y pegarles es un acto punitivo que solo lo pondrá a la
defensiva y creará resentimiento arruinando una buena relación con los padres.
Espero les guste el tema y me
puedan compartir lo que ustedes viven o han pasado con sus pequeños.
¡Nos leemos pronto!
Comentarios
Publicar un comentario