Amigos ya está Papá Oso de vuelta
con ausencia de una semana debido a una pequeña investigación experiencial que
les coloqué en la página de Facebook, por eso hoy hablaremos de un par de
temas: el primero será el resultado de lo que dije en Facebook que pondría en
práctica, una técnica que ayuda a que tus hijos hagan menos berrinches al corregirlos,
la cual fue posteada también en face por la revista Padres e Hijos en la que
nos explican cómo hacerle para que se pongan menos tercos a la hora de aplicar
los correctivos. El otro tema tiene que ver directamente con el primero, se
trata de “los Toddlers” o en Latinoamérica conocidos como “los terribles 2 años”
Cuando vi y leí la publicación de
la revista, el cual les dejo al final del texto, me pareció muy buena opción la
práctica de esta técnica en particular, ya que con los berrinches de esta edad
es común que a los papás nos saquen de nuestras casillas, a grandes rasgos es
algo así como psicología inversa, es si regañarlos o corregirlos pero
subrayando una característica o rasgo positivo del niño para darle a entender
que no es que sea malo o sea poco inteligente (a pesar de que a todas luces
tirar su almohada en el agua para el perro NO sea algo elegante) esto permite
al niño saber que lo queremos y apreciamos pero que no estamos de acuerdo con
lo que está haciendo diciéndole que él sabe que está mal y que no lo volverá a
hacer porque es un niño bueno. La experiencia la comencé el mismo día que leí
el artículo, cuando mi hijo de un año y 8 meses aventó una pelota de baloncesto
contra un botanero de vidrio que tiene mi esposa en una repisa, no hubo daños
afortunadamente, pero si corrección, lo tome de la mano lo retiré y créanme que
hice hasta lo imposible por no reaccionar de mala manera, entonces me agache
para ver su carita a su nivel y le dije: “Amor yo sé que tú eres un niño bueno
y que te gusta jugar pero esa pelota no se avienta ahí porque se rompen las
cosas de mamá” el solo respondió “mamá” y si le dije que mamá se pondría triste
porque se rompen sus cosas, increíblemente el niño tomó la pelota y la volvió a
lanzar, mordiéndome el labio y apretando los dientes, lo retiré de una forma más
enérgica y se resistió, comenzaba el berrinche cuando, tomando un gran respiro
y exhalando profundamente, de nuevo le dije: “no hagas eso hijo, mamá se pone
triste si le pegas a sus cosas y va a llorar, tú quieres mucho a mamá y no la
quieres ver llorar ¿verdad?” Con la cabeza dijo NO y tomo su pelota y la llevó
a su juguetero y continuo ahí jugando como si nada.
¡Esta técnica funciona! Pero era
apenas la primera vez que la realizaba así que decidí ponerla a prueba toda la
semana, en varias ocasiones el niño claramente resistiendo el sueño se ponía
bastante pesado pero si tu paciencia gana y le dices las palabras adecuadas es
una solución sin gritos, otras veces dejaba el comportamiento brusco y pesado de
lado a la primera, en otras más, honestamente, terminé gritando. Todo es cuestión de
paciencia, la verdad mis respetos para las mamás que lidian con un par o más al
mismo tiempo, yo tengo uno y me desespera como si fueran 15, aun así la mayoría
de las ocasiones traté de tener paciencia y hablarle de buena manera.
La conclusión de mi experimento
es que la técnica es efectiva si tienes el tiempo y la reacción al mal
comportamiento no debe ser por reflejo, es decir si se va a caer y cae pero lo
alcanzas a salvar del golpe muchas veces lo regañas por mero reflejo aunque no
haya pasado nada, así que si gustan probarla ármense de paciencia y adelante
por lo menos es un reto para ustedes mismos mantenerse calmos ante una crisis. Reconozco que no la llevé a cabo tal cual la sugieren como "sandwich" pero en base funciona por lo que trataré de hacerla bien.
Los terribles 2 años, la edad es
que hacemos berrinche hasta porque sonó el timbre de la casa de al lado o
porque pasó una mosca, si está muy caliente, si no está caliente la comida, etc,
etc.
Durante este periodo los niños
experimentan los límites de todo, de su estatura, de su alcance, de su cuerpo,
de su boca, de su espacio, de tu casa, de tú alcance, de tú paciencia, de tú
control. Todo esto con el propósito de explorar y sentir.
A que saben las croquetas del
perro, si cabe entre los barrotes de la
reja, si puede subirse al armario, si puede trepar a la mesa del comedor, si
puede lanzar una pelota más lejos a donde está la cristalería…no me dejarán
mentir esto lo hacen bastante seguido.
Sin embargo y como dice un video
por ahí que me compartió mi esposa: “Les garantizo que saldremos vivos” y es
que en esta etapa se generan las anécdotas más divertidas como papás o los
sustos más grandes que quedan como aprendizaje o anécdotas con final feliz, es
común escuchar a nuestros padres hablar cuando te machucaste o te perdiste en
el súper o te resbalaste en el lodo o llenaste de talco al perro, etc.
Yo no sé cómo lo vaya a afrontar pero espero disfrutarla lo más posible porque
cuando mi hijo no quiera que yo lo cuide lo único que me quedará serán los hermosos
recuerdos de su infancia, será un rato a mi inteligencia y a mi carácter pero
sin esos retos en nuestras vidas nunca superaríamos los obstáculos más pequeños,
no porque los hijos lo sean, si no que nos representan retos que nunca
consideramos cuando tuvimos nuestra propia infancia, pero que muchos tenemos la
fortuna de tener a nuestros padres para hacerles un reconocimiento por su
aguante.
Cuídense mucho, no se pierdan su
blog de confianza y gracias por su lectura, nos leemos pronto.
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