Amigos estoy de vuelta con un
tema que observamos durante los
recientes acontecimientos en mi país, un terremoto que devastó varios estados y
la capital del país, sin embargo y buscando lo mejor que pudimos observar, nos
dimos cuenta que la gente es generosa, solidaria y de excelente corazón.
Lo más difícil de ver, siendo
padre y ser humano, fue ver que hubo niños entre las víctimas mortales del
sismo, pero afortunadamente hubo supervivientes que fueron rescatados, no puedo
imaginar la angustia de los padres al conocer este hecho o verte involucrado,
por lo que envío un gran abrazo y mucho cariño a quienes perdieron a sus
pequeños.
Dentro de toda la vorágine de
notas, proclamaciones, alabanzas, solidaridad y canticos, distinguí algo
importante, los jóvenes e incluso niños, fueron los que armaron los rescates,
claro que hubo apoyo de autoridades, sobre todo el ejército y la marina armada
de México, pero la gente, el pueblo fue quien a través de sus redes y de sus teléfonos
se organizaron para rescatar a más de una persona, poner centros de atención y
de acopio, hacer listas de personas rescatadas, personas encontradas sin vida y
hasta de animalitos.
Una imagen que me cimbró el alma
y que compartí en la página de Facebook es la de un niño cargando escombro, en
algún edificio, en alguna de las muchas líneas de vida que sacaban escombro
para rescatar personas, esta junto con otras muchas imágenes que vimos nos
decía algo, los niños tienen un corazón más grande que cualquiera, tienen el alma limpia y ayudan sin
contemplaciones ni discriminan, por ello es importante a mas no poder darles en
casa la educación y los valores básicos para desarrollar los valores de la
solidaridad, el civismo, la generosidad, pero sobre todo el amor, ya que este
último es el que mueve el alma, conmueve el corazón y nos arroja hacia delante
para ayudar movidos por la solidaridad y conmovidos por el desastre, estos
pequeños, alentados por sus padres por supuesto, son ejemplo de lo que debemos
inculcar en nuestros hijos, saber darle la mano al prójimo, porque su generamos
seres humanos generosos estamos asegurando nuestra existencia ya que en caso de
necesitarlo estarán ahí para tender la mano, para levantar escombro, para dar
de comer y beber a los necesitados; no amigos esto no tiene nada que ver con la
religión, tiene que ver con ser mejores personas en un mundo colapsado por el
materialismo y donde se deja de lado la espiritualidad, donde el alma pasa a
ser una mera figura mitológica, es por eso que los aliento y hasta me animo a
exigirles que creen en sus pequeños esta generosidad y conciencia, todos
podemos padecer una tragedia y puede que uno de esos pequeños esté ahí para darnos
la mano.
El dar sin recibir no está de
moda como presumir sus teléfonos, sus autos, sus viajes, su ropa y hasta su
dinero, pero más que dar cosas materiales a veces un abrazo es más que
suficiente para un alma en shock, es mejor sentir el abrazo afectuoso que un
lingote de frio oro, de verdad, porque al final de nuestros días, solo nos
llevamos experiencias y los momentos que tuvimos en vida, el lingote de oro se
lo va a llevar alguien más, y cuando ofrezcamos un abrazo hay que darlo con amor,
con cariño, con deseo de abrazar, que se sienta, que se ciña y que se guarde en
la memoria de quien lo recibe. Esto aplica incluso con nuestros hijos a la hora
de consolarlos después de algún golpe o regaño o susto, porque al recibirlo, su
mente y su alma guardan esta experiencia que pueden compartir más adelante y a
discreción. Después viene lo material, los niños deben ser compartidos,
generoso y solidarios, esto dándoles ejemplos compartiendo por ejemplo esta vez nos
ayudó mi pequeño a organizar los donativos que hicimos para las personas en el
desastre, lo haces parte de algo como equipo, como familia y eso queda en su
memoria, luego comparte las cosas, que aunque es común que a esta edad se
pongan tercos e irritables, sabe compartir y le da a las personas sin mirar a
quien.
Muchas veces nos enfocamos en
hacer que nuestros hijos tengan muchos conocimiento y desarrollen su
inteligencia, esto con tal de prepararlos en el mundo profesional para
encontrará férrea competencia y que sean personas preparadas y exitosas, no
obstante esto está muy bien, no debemos descuidar la mitad sentimental y
espiritual.
Amigos cuidemos mucho los valores
que transmitimos a los niños, estos pueden ser los cimientos para que ellos construyan su carácter en base
a buenos principios y sean mejores seres humanos, demos ejemplo de serlo
nosotros también siendo generosos, compasivos y compartidos. Nos leemos pronto.
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