Amigos de nuevo con ustedes, con
un tema ríspido y de actualidad, los Movimientos Anti Vacunas.
A pesar de estar dentro de la
segunda década del siglo XXI este tema está más vivo que nunca y
desgraciadamente arroja resultados tristemente trágicos de niños pequeños que
mueren por una enfermedad ya presuntamente erradicada. Los seres humanos
cuestionamos todo y con las redes sociales que más que ayudar desinforman
tremendamente esto se ha vuelto un verdadero problema de salud internacional
porque enfermedades erradicadas y limitadas hoy toman nuevos bríos atacando a
gente sin la debida protección que nos otorgan las vacunas.
Me sorprende sobre manera que
incluso personas que son hasta figuras públicas y que por lo mismo tienen la
obligación de estar debidamente informadas y que tienen que investigar e
incluso aislar sus propias opiniones personales puedan estar dentro de un
movimiento anti vacunas y peor aún promoverlos hablando sin fundamentos científicos
sobre el supuesto beneficio de no vacunar a los niños (Claudia Lizaldi o Kat
Von D, tatuadora de estrellas como Beyonce y Lady Gaga los casos más conocidos)
A pesar de mi sorpresa es lógico que los padres de familias acomodadas sean los
que mantienen estas creencias debido a que sus hijos tienen espacios
privilegiados lejos de las enfermedades para las cuales están diseñadas las
vacunas comunes, sobre todo en el vecino país del norte esta creencia se ha incrementado
desde 1998 a raíz de la publicación de un artículo de un médico británico quien
buscaba vincular la vacuna triple al
desarrollo de autismo, mismo que perdió la licencia para ejercer por la
comprobación de su error por estudios posteriores a esta publicación.
El ser padres es cosa particular,
así sin más, cada quien educa y cuida a sus hijos a su modo y como la
experiencia se le va presentando, pero la prevención que nos otorga la ciencia
es científicamente comprobable y con resultados a la vista, por esto como
padres tenemos la responsabilidad y el instinto de darle a nuestros hijos
tantas posibilidades de salud y mejor vida como sea posible y las vacunas, es
en términos de salud, lo que les otorga esa calidad de vida. La ciencia existe por esa curiosidad que
tenemos los seres humanos y en pleno siglo XXI es difícil pensar que haya quien
cuestione la efectividad de las vacunas pero no crea que su teléfono inteligente
sea magia negra.
Otro factor que, creo que ha
incrementado estos cuestionamientos al uso de las vacunas como prevención, es
la moda de la cultura “saludable” que toma extremos como no consumir ciertos
alimentos o alimentarse a base de líquidos solamente, nada más para mantener un
estándar de belleza absurdo y poco saludable, creer que el jugo milagroso que
te vendieron en un bonito video a través de Facebook va a incrementar tu
energía y fuerza, si lo bebes todos los días, sin necesidad de complementos ni
ejercicio y te va a mantener mejor que la mayoría, es algo que se ve cada vez más,
en estas épocas estamos expuestos hasta a creencias de hechicería con el simple
pretexto de que “lo vi en internet” o “es viral” ya por eso e convierte en
verdad sin serlo realmente.
No confiemos la salud de nuestro
hijos al internet o a la comadre que vio el tutorial en YouTube y a ella le
sirvió, los médicos dedicaron años de sus vidas a conocer su campo de trabajo,
obtener conocimiento y siguen muchos
años más investigando posturas, métodos y conocimientos nuevos para
actualizarse a la medida de la sociedad conforme crece y se descubren más
cosas, por ello son los indicados para auxiliarnos con la salud de nuestros
hijos y dijo auxiliarnos porque en casa comenzamos a cuidar la salud, esto con
higiene debidamente explicada e implementada en los niños y en su alimentación,
la cual debe ser balanceada, debe ser propia de un niño de su edad y contener
lo que necesita según los descubrimientos de la ciencia.
Muchas veces
cuestionamos el encarecimiento de la medicina pero gastamos miles de pesos, que
incluso ni tenemos, en aparatos y tecnología que al término de un año ya son
obsoletos. La mejor inversión es la salud y la de nuestros hijos todavía más.
Antes de decidir no vacunar a tus
hijos cuestiona si estarán aislados de la mayoría de la sociedad, si jamás
tendrán contacto con estas enfermedades y si estás dispuesto a aceptar las
consecuencias que un posible contagio de tus hijos de algo para lo cual no
tienen protección, incluso su muerte.
Como ya lo dije antes, LA
PATERNIDAD ES ALGO PARTICULAR y las decisiones que tomamos como padres se verán
reflejadas en la salud, modo de vida y actitud de nuestros hijos en el futuro
cercano por lo que no podemos dejarlo como algo superficial, tener cuidado y
aceptar ayuda profesional aunque tenga costo económico.
Nos leemos pronto.
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