Amigos Papá Oso está de regreso,
la ausencia durante 8 meses fue a causa de falta de tiempo para escribir,
porque, experiencias de papá sobran y exactamente entre el trabajo de oficina y
el trabajo de papá sobraba poco para poderles comunicar a ustedes todo lo que
hemos pasado en estos últimos tiempos.
Las cosas han cambiado, hoy mi
hijo tiene 3 años y está es esa etapa en que no sabes si ahorcarlo o abrazarlo y llorar con él. La famosa etapa de bebe adolescente o los terribles 3.
Tratarlo hoy en día no es fácil,
su carácter es fuerte y ahora sabe perfectamente que el llanto llama nuestra
atención, que pedir a gritos puede acelerar el proceso de conseguir lo quiere,
que patalear en público lo coloca en ventaja para conseguir lo que desea, trata
de controlarnos a los padres con sus rabietas y se pone en contra de todo
cuanto existe si eso nos saca de nuestras casilla, sus reacciones van en contra de toda lógica, etc.
La paciencia se cae a pedazos y los gritos y el coraje tocan el borde, es
sumamente difícil esta etapa como papá, porque amas a tu hijo, pero ya no es un
bebé que puedes simplemente dormir en tus brazos, ahora es una personita
intentando descubrir el mundo para hacerlo propio, la exploración, el
movimiento y sobre todo su emprendimiento es constante, no basta ponerle un
juego y listo.
Este nuevo ser humano está
creando su conciencia, comenzando a tomar sus propias decisiones y a forjar su
carácter, lo cual nos hace a los padres un filtro que ayudará con ese carácter y
a hará de esa persona alguien capaz de
funcionar en una sociedad compleja; aquí es donde la educación comienza su
verdadera etapa formadora, es momento de inculcar buenas costumbres, de generar
criterios acertados y una civilidad y ética firmes.
Hoy en día he visto tristemente
como muchos de los jóvenes padres pretenden que en las escuelas se les enseñen
buenos modales a sus hijos y culpan a los maestros de los malos comportamientos,
cuando en casa nunca les inculcaron a pedir las cosas “por favor” a decir “gracias”
a compartir, a jugar fuera de una pantalla, a ser amables con la gente, a respetar
las cosas ajenas, a trabajar para conseguir lo que se desea, a agradecer y
cuidar lo que se tiene, que la confianza se gana y que su familia y sus padres
principalmente son la mayor fuente de confianza. ¿Así como podemos exigir
buenos resultados a las instituciones educativos cuando no cumplimos con
nuestra parte como papás?
Ser ejemplos para nuestros hijos
no basta, tenemos que ser filtros y guías para ellos, buscar que se queden con
las buenas enseñanzas y pensamientos, ayudarles a que sus decisiones sean
acertadas apoyándolos y felicitándolos en cada pequeño éxito de su constante
aprendizaje, corregir las conductas anti sociales o las que no sean propias de
nuestra armonía social, no dejemos pasar esos pequeños berrinches, ahora es
momento de ponernos más estrictos y con el mismo amor que le profesamos y con
mano firme decir NO a las acciones incorrectas, no ceder porque está muy terco
y no se detiene el berrinche, el decir “NO comerás más dulces” es: número 1 saludable
porque no le dolerá el estómago. Número 2 formador porque debe conocer límites
y Número 3 preventivo porque no por comer dulces aceptara todo cuanto le den de
comer. Y puedo seguir numerando posibilidades positivas de decirle NO.
No se trata de tener un niño
frustrado con una constante negativa, se trata de mostrarle el camino adecuado
para lograr sus metas, enfocar su energía y guiarlo para que pueda mostrar una
conducta socialmente aceptable sin quitarle la originalidad de su personalidad.
Como ven estamos mi esposa y yo
en una etapa sumamente cansada (¿Cuál no lo es?) de la infancia de nuestro
niño, complicada porque nuestra paciencia no es la misma que hace 20 años, pero
si tenemos toda la intención y el amor para lograr hacer un gran ser humano de
nuestro pequeño.
Espero me sigan leyendo a pesar
de la larguísima ausencia y nos estaremos leyendo los jueves a partir de ahora.
Nos leemos pronto.
Comentarios
Publicar un comentario