Amigos el día de ayer 19 de
septiembre de 2017 al medio día México, mi país, sufrió uno de los fenómenos naturales
más devastadores que podemos presenciar. Precisamente en esta misma fecha
conmemoramos con tristeza el haber sobrevivido al terremoto de 1985 donde se
perdieron miles de vidas y recursos materiales, devastó a la capital del país y
a su gente, hoy de nuevo en el mismo día, pero 32 años después, ocurre algo
similar, al igual que entonces tenemos que lamentar pérdidas humanas, sobre
todo de los más expuestos a los
peligros, los niños.
Durante el terremoto del 85 en
Ciudad de México, jueves a las 7 de la mañana me lavaba los dientes, alistándome
para la escuela, cuando todo comenzó a moverse y mi madre nos llamó al marco de
la puerta de la habitación de mis hermanas, duro minutos pero parecieron años,
el miedo y la incomprensión de un niño puede generar pánico, mi madre consciente
de ello, nos hablaba para calmarnos y es que éramos niños de 9 y 5 años
entonces. Mi padre trabajaba en Coyoacán y era funcionario por lo que se le
requirió de inmediato a colaborar en rescates y logística para hacer llegar
ayuda para los atrapados y heridos en su área y es que esta parte de la ciudad
fue de las más afectadas por el sismo. A través de sus ojos y sus palabras
conocimos la intensidad y magnitud de lo que había pasado, no nos permitieron
ver mucha tv por que vivíamos con miedo y no pudimos dormir en un par de días.
Esto hace muy importante que
expliquemos a nuestros hijos lo que acabamos de vivir, se trate de un fenómeno natural o algún hecho
violento, los niños guardan en si psique y su memoria todo y les trae mucho
miedo y genera inseguridades, no hay otras personas con las que se sientan más
seguros que con sus propios padres, por ello es vital escucharlos, poner atención
a su experiencia y hablarles con honestidad de lo sucedido, tranquilizarlos y
evitar así que tengan traumas que afecten su mente de por vida. En mi
experiencia mis padres me hicieron sentirme seguro, pero creo que esto quedó
sumamente grabado en mi mente y hoy toca profundamente mi corazón y a pesar de no vivir más en la Ciudad de
México quiero ayudar, quiero participar para salvar una vida, alentar a un/a desconocida/o
para seguir adelante en los rescates, llevar víveres y medicinas y es
frustrante estar tan lejos, pero a lo
lejos hago lo que está en mis manos para ayudarlos llevando cosas a los centros de acopio y
difundiendo su localización así como avisos importantes para todos.
Por ello este blog se pone en disposición de si alguien tiene algún
familiar o amigos en S.L.P. que no pueda contactar les ofrezco mi medio para yo
personalmente buscarlos y avisarles que están bien o algún otro mensaje que
requiera ser escuchado.
La vida no está comprada amigos,
abracemos a nuestros hijos hoy y cada minuto de nuestras vidas por mañana no
sabemos que pueda moverse, díganles que los aman, que los necesitan porque hoy
que veo imágenes de niños rescatados de los escombros, con lágrimas en los ojos
pienso en sus padres y familias y la angustia y desesperación con la que han
vivido las últimas horas.
En mi página de Facebook les
compartí algunos concejos para ayudar a nuestros pequeños a asimilar el evento traumático
que esto significó, les dejo el link y nos leemos pronto.
Oremos por las familias que
perdieron algo o todo en este sismo en Oaxaca, Chiapas, Puebla, Morelos
y CDMX, abrazo de oso a todos.
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