Las decisiones difíciles que
tomamos como padres pueden afectar directamente a nuestros hijos para toda su
vida.
Conozco casos, extremos si
quieren verlos así, donde el padre determina que puede y que no puede hacer el
hijo, no solo en su casa, sino también en la sociedad, en su vida y hasta en su
sexualidad, escogerle una carrera, decirle que tipo de mujeres conseguir, que
tipo de ropa, que tipo de palabras y que pensamientos debe mantener. Esto para
mi gusto habla de sueños truncos de parte de los padres, es común escuchar la
frase “darle a mi hijo lo que yo no pude tener” es tan bello en principio, pero
en el fondo es más interesante el análisis o la lectura que podemos tener de
esta pequeña frase y su trasfondo de carga psicológica y sentimental.
Por ese tipo de cosas a veces
tenemos recelo contra nuestros padres, otras tantas, coraje, miedo y en otras
amas odio, hoy en día la sociedad aunque implacable es un poco más tolerante
con las diferencias entre los seres humanos y respeta o por lo menos toma en
cuenta un poco más los derechos y las
libertades de sus miembros, pues bien, la célula básica de esa sociedad es la
familia, en la cual tenemos y debemos ser tolerantes con las lecturas que tiene
cada miembro de nuestra familia, muchas veces no coincidiremos y esa tolerancia
hará llevadera la relación hasta encontrar un punto medio o un balance.
No abusemos como figuras de
autoridad el crecimiento de nuestros hijos, imponerles algo por puro gusto es
menos divertido y motivante que explorar que les gusta, darles opciones y que
tomen sus propias decisiones. El pretexto de protegerlos es suficiente muchas
veces para excedernos en la autoridad, ellos necesitan equivocarse para
aprender, salir del problema y evaluar nuevos métodos y resultados.
Si te sientes criticado porque te
dicen que en cuanto el niño se inquieta le pasas el celular y contestas que “no
le gusta salir o jugar” ¿cómo lo sabes? si por comodidad propia y sin
razonamiento alguno de la situación le pasas el teléfono o la Tablet, no le has
dado opciones, eso también es importante analizarlo, ni tu comodidad, ni tu
ocupación o profesión determinaran el número de opciones que puede llegar a
tener tu hijo, no digo que no lo hagas, pero no lo hagas como una conducta
determinante y rutinaria.
Como pueden ver a veces imponemos
cosas sin darnos cuenta, cuando nuestros trabajos nos permiten pasar tiempo con
nuestros hijos muchas veces nos concentramos en lo cansados que estamos y en lo
que tienes que hacer mañana, los invito a que modifiquemos esa rutina y
pensemos y nos pongamos a curiosear en los gustos de nuestros hijos y en su
forma de decidir, eso nos ayudará a determinar la mejor forma de ayudarlo sin
una intervención tajante y definitiva.
Espero no se sientan ofendidos,
este post ha sido una reflexión de lo que yo mismo he hecho y he logrado
cambiar y se los comparto para que ustedes puedan adentrarse más con sus hijos
y mejorar la experiencia de convertirse en padres.
Nos leemos pronto.
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