Pues bien, el hecho de cambiar pañales suele ser un "gran
tema" para ambos padres, es recurrente que en nuestra sociedad pseudo
machista se le deje esa "tarea" a la mujer, pero poco a poco hemos
superado ese estereotipo estúpido y los papás también nos involucramos más en
cada una de las actividades relacionadas con nuestros hijos.
El cambio de
pañales causa sobre todo ASCO, pero, como les decía en el anterior post,
ponemos miles de pretextos para no hacerlo, que no tienes tiempo, que te da
miedo lastimarlo, que no sabes cómo, que tienes las manos muy grandes, etc.
En mi caso el
primer cambio llegó porque de los 2 soy el que menos asco le da ese tipo de
cosas, no que no tenga asco, pero digamos que lo puedo controlar mejor, pobre
de mi esposa porque ella si es muy asquerosa y no le quedó otra que entrarle al
toro por los cuernos y le tocaron la peores catástrofes donde terminas
embarrado hasta los dedos.
Primero la
sentencia de quedarte solo con el bebé, que implica cambiarlo, entonces ya
desde ese momento tu mente comienza a prepararte con una deliciosa mezcla de imágenes
asquerosas que ya hayas presenciado, en mi caso, que desde niño he tenido
perros, imagine y recordé el aroma de cada popó que recogí de mis perros, esto
preparó mi olfato para hacerme sentir asco; pero no contaban con mi astucia,
siempre respiro por la boca evitando oler lo que está frente a mí y es una
buena forma de evitar que el olor te provoque nausea. La imagen, ahí si no
puedes hacer nada a menos que tengas percepción extra sensorial porque cerrar
los ojos te garantiza una buena embarrada de dedos, ahí si toda la atención del
mundo porque debes empezar a conocer la textura y consistencia de las
excreciones del bebé, ya que esto determina el estado de salud de su pancita,
yo sé que es súper desagradable y asqueroso examinar un pañal sucio, pero es
necesario por la salud del niño.
Cuando tuve frente
a mí el reto, la inexperiencia me hizo pagar, tienes que estar listo con todo
lo que necesitas, el olor como dije no me hace, pero olvide tener todo lo
indispensable, las toallitas las olvidé y por buscarlas la sábana donde
cambiaba al niño sufrió "un accidente", rápidamente puse una toalla
de papel debajo del bebé, solo para darme cuenta que me había embarrado la
mano, me limpie con una toalla húmeda, pero cuando bajé la vista el niño estaba
jalando la sábana sucia, corrí a quitársela y ¡sorpresa! dejé caer la toalla
con que me limpié la mano en mi pantalón, tomé otra y me limpié, pero ya tenía
sucios el niño, la mano, la ropa y la sábana, peor no podía ser; no se puede
dejar solo al niño aunque de muy pequeños no se mueven mucho pero tu miedo a
que se caiga o se volteé esta siempre en tu cabeza, el caso es que decidí
limpiar mi mano y arrojar todo lo que se embarró al piso, excepto mi pantalón,
terminé de cambiar al niño, quien con su llanto solo me hacía precipitarme y
sudar más cada segundo, al fin terminé de cambiarlo, ¡sorpresa otra vez!
abotoné mal el pañalero y parecía Cantinflas; otra vez de nuevo a terminar la
operación, ahora si asegurándome de que cada botón estuviera en su lugar.
Al final el bebé
estaba cambiado y yo embarrado, cuando llegó mi esposa casi lloro cuando la vi,
y es que le platique y como cualquier experiencia de este tipo, logras sacarle
una sonrisa a quien se la cuentes, su respuesta fue un sabio "bienvenido a
mi mundo"
Así termine mi
primer enfrentamiento con la caca, pero no el último, puedo decirles que hoy lo
hago con mucha más tranquilidad y con todo a la mano.
En el próximo post
les platico sobre las desveladas.
No olviden dejarme
sus comentarios y porque no, platíquenme su experiencia cambiando bebés.
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