Como les decía en la entrada anterior platicaré sobre mi
experiencia de los primeros días del bebé en casa.
Creo que todos los
hombres hemos dicho por lo menos en una ocasión: "no me gusta cargar bebés
por X o Y razón", por supuesto, eso lo decimos antes de tener a nuestros
hijos y es que es un miedo natural a romper algo frágil, pero somos bastante ingenuos
pensando que los niños son sumamente frágiles, bueno de alguna manera si lo
son, pero son muuuuuy flexibles.
Nuestro primer
miedo a enfrentar es cargar al recién nacido, en mi caso tuve que esperar
porque mi hijo estuvo medio día en una cama térmica, por la noche pude, no
cargarlo, pero si tocarlo, que les puedo decir, para mí fue la impresión más
grande de mi vida, cuando toqué su espalda y le dije: " hola hijo" y
levantó su cabecita... WOW! sabe quién soy y lo reconoce...aún se me enchina la
piel al recordarlo, ver sus ojitos y su carita fue impresionante, yo creo que
cada papá tiene diferentes reacciones, en mi caso la ternura me llegó
literalmente al hueso.
El día llegó y
salimos del hospital con nuestro hijo en su sillita para el auto, de verdad es
importante tener esos asientos especiales, ayudan a que nuestros hijos vayan
protegidos. El caso es que salimos y manejé peor que si llevara a Miss Daisy,
de mi casa al hospital se hacen 10 minutos normalmente, yo casi hice media hora
de lo despacio que iba, que no llore, que no se despierte, que no brinque, etc.
Llegando a casa,
pusimos un calentador, ya que era invierno, ya con el cuarto templado lo
acostamos en su bambineto, pero no duró mucho ya que tenía que comer, no se a
ustedes, pero a mí me causó una gran ternura ver a mi esposa darle pecho a mi
hijo, en ese momento sabes que está bien y que el futuro no está escrito y
tienes mucho que hacer.
Mi hijo
complementó su lactancia materna con formula por lo que también pude darle
biberón lo cual es fantástico para afianzar los vínculos con el bebé, pero
después hay que hacerlo repetir, pequeño detalle, otra vez el miedo a lo frágil
que es el niño salió a flote, son golpecitos los que hay que darle, pero te
preguntas cuantos, con que fuerza, en que parte, si con la palma abierta, la
palma cerrada, en mi cabeza era como ver por primera vez el libro de jugadas de
mi época de jugador de americano, tener que aprenderte todo eso con cada
detalle se veía casi imposible.
Al final terminar abrazándolo
y dejando que tu instinto guíe tu mano y el amor recorra tu cuerpo, el niño
repite y ¡listo!
Después de comer
viene el otro inconveniente: "Cambiar Pañales".
Algo que nunca has
hecho te causa temor abundante y lo que prefieres es huir; acéptenlo papás,
muchos de nosotros jamás le cambiamos un pañal a nuestros hijos, unos porque
"es tarea de la mamá", otros porque les da miedo lastimarlo cuando lo
cambias, pero me atrevo a decir que el 90% de nosotros no lo hace por ASCO.
En el siguiente
post les contaré como fue mi primer cambio de pañal.
No olviden dejarme
sus comentarios y sugerencias sobre que les gustaría leer.
jejeje, si, la primera manejada con el bebe...
ResponderEliminary como dices,importantisimo tener su silla especial e irla actualizando con el crecimiento del bebe...
lo de los pañales, siii, es dificil, las primeras veces, despues, pues te acostumbras, ademas,... es tu hijo, ya no es trabajo de la mamá, es un trabajo en equipo, echale ganas mi bien panoso...
saludos...
Así es Goerge la primera vez es la que queda como anecdota entre otras mas jajaja
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