Una gran disculpa a mis queridos lectores pro las ausencias
en semanas consecutivas durante los viernes, que normalmente es día de post
para el Diario de Papá Oso, si hago este blog es porque me interesa mi familia
y me gusta hacerla el centro de mi ser, pero también eso quiere decir que
estará siempre por encima de cualquier otra cosa, espero lo entiendan y me
disculpen.
Pues bien de entrada puedo platicarles que mi hijo ya camina
y habla muchas cosas, pero lo que más me gusta de su actual avance en su
desarrollo es que hoy por hoy es más afectuoso y más consciente de lo que le
rodea, sabe distinguir a las personas, los objetos y hasta los perros.
También ya camina y habla muchas cosas, su independencia
cada vez es mayor y su disponibilidad para disfrutarla aún más, las ganas de
explorar, de tocar, de correr y de probar. Esto último es a lo que les voy a
referir hoy, el sentido del gusto de los niños.
Contrario a nosotros los adultos, los niños aprenden con
todos los sentidos, no son unidireccionales como lo somos nosotros que hoy en
día solo buscamos aprender por los ojos.
Referente al sentido del gusto de los niños puedo decir que no solo es por
saber a qué sabe, ya que creo que a los 14 meses de edad aún no tienen real
conciencia de los sabores y los que es comestible y lo que no lo es, lo cierto
es que este gusto de meter a la boca todos los objetos a su alcance, obedece a
2 cosas principalmente: comezón por la salida de los dientes y manejar esto
como una extensión de su sentido del tacto.
¿Porque digo que es una extensión del tacto del bebe? Pues porque
sus labios, paladar, encías y lengua también tocan y palpan y averiguan las
texturas de los objetos, que es más rugoso, que es más fácil de meter a la boca
y (OJO) que es más fácil de tragar.
Aquí mi interés por señalarles esto en particular, los niños
no miden el riesgo porque desconocen lo que tienen en las manos y la boca por
lo que fácilmente pueden llegar a tragar objetos diversos, por ello los
juguetes para su edad, sobre todo lo bloques, son grandes, ya que si le diéramos
unos “Legos” tendríamos una predisposición enorme a una desgracia. Conozco
casos extraordinarios de niños que pusieron cosas asquerosas en su boca, cosas
impensables como un rizador de cabello hasta un ratón muerto, por otro lado
solo conozco un par de casos donde niños
han tragado cosas, una moneda o una canica.
Debemos estar conscientes de su búsqueda de información a través
de la exploración de su mundo y lo que encuentren en el camino, supongo que
muchos de ustedes ya han experimentado el sacarle de la boca al niño su teléfono
celular, porque se lo prestan o porque
lo tomó, pero yo creo que es algo muy común por ser el teléfono un
objeto cotidiano para cualquier humano hoy en día.
El peligro para los niños es mucho si no tenemos la
supervisión adecuada y está en nosotros darle espacio adecuado para jugar sin limitar su exploración del
mundo, no podemos hacerles una burbuja donde estén aislados y “seguros” sin
nada que los pueda perjudicar, pero si podemos estar alertas y conscientes de
que el cualquier momento el niño se tira al piso y toma una croqueta del plato
del perro y se la mete a la boca, en ese caso es lo de menos ya que aunque no
es propio para consumo humano es algo comestible, pero hay que evitarlo lo más
posible, cuidar que no gateen o caminen por lugares con insectos muertos o
heces de animales o peor aún, insectos vivos.
No quiero alarmarlos pero si es necesario que lo sepamos,
los niños introducen a su boca todo…TODO.
Nos leemos pronto.
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